Amaba cuando te miraba y desviabas la mirada. Cuando te sonreía y te sonrojabas. Cuando te hablaba y temblabas. Cuando eras mío y no me importaba nada. Sé que te lastimé y jugué con vos pero... ¿Sabés qué es lo que más me atormenta? Que no me arrepiento de haberlo hecho. Me gustaba tener a alguien con el cual jugar y besar. Me gustaba saber que sin importar cómo te tratase siempre me ibas a amar. Ya sé, no tengo corazón. Pero... Soy el resultado de un montón de fallos y errores, que no cualquiera puede solucionar. Yo ya soy así... Perdón.
Me temo que a nuestra historia de amor le faltaba lo más esencial; querernos. Siempre las mismas peleas y las mismas frases pre-hechas, vos me decías te amo sin pensarlo; y yo lo decía sin sentirlo. ¿Pero sabés una cosa? Por más que me cueste admitirlo... Te llegué a necesitar.
Siempre que sentí algo por alguien me heché atrás, no sé porqué. Es como que mis sentimientos se despiertan y comienzan a sentir, y ahí todo mi cuerpo está en guerra. Automaticamente empieza la batalla, donde no importa quienes salen lastimados de ella... Sólo importa que yo no sienta, que no pueda llorar, ni reír; ni amar, ni odiar. Que no pueda distinguir lo que es real; y que no me importe si alguna vez te hice llorar. Es triste, pero es mí realidad.
Quiero que sepas que cada día que me acuesto queda rondando en mi mente la frase que me dijiste cuando te fuiste: "Corazón, estuvimos a nada de serlo todo."